jueves, 30 de abril de 2009

Y resultó que la pandemia era la Bruni


Nunca he sabido muy bien si fue antes el huevo o la gallina, si realmente los culos de Carla Bruni o Doña Letizia en las portadas de los periódicos progres de la piel de toro (porque lo que sacaron fue precisamente eso, los culos) son realmente el interés mayor que tiene en estos momentos el lector medio de prensa y por eso los sacaron los más progres entre los progres o, al contrario, los progres por antonomasia han decidido que a los lectores medios de la prensa nos tengan que interesar por cojones los culos de las dos señoras en cuestión de las que, honestamente, desconozco qué piensan de la vida, de la política, de la situación internacional y de las recetas contra la crisis. Y no tengo ninguna duda que igual tienen unas ideas cojonudas sobre cómo solucionar la crisis, sobre cómo deberían reequilibrarse las relaciones internacionales o sobre cómo frenar el cambio climático. Pero en ese caso, que se vayan ambas dos al registro, se presenten a eso que se llama elecciones, nos lo cuenten, ganen y les escucharemos. Y, obviamente, no les culpo a ellas, aunque también, por colaborar en el paripé. Hay señoras, con mayúsculas, que no se prestan al absurdo por dignidad torera y porque, probablemente, tengan un concepto de lo que debe ser la política mucho más respetuoso con sus conciudadanos que algunas otras. Porque tengo entendido, aunque en esto de las parejas me quedé cuando Julio Iglesias le tiraba los tejos a Isabel Preysler, que el señor Zapatero también está casado pero me da a mí que tiene por esposa a una señora de las de verdad, que ni harta de grifa está dispuesta a exhibirse más de lo que le obliguen por ley. Al final, como siempre, hemos ido a caer a copiar las soplapolleces made in USA porque somos incapaces de igualarles por arriba. Hemos llegado al absurdo radiado, televisado y contado al segundo. Eché en falta que alguno de los tankingthinkings éstos que montan todos estos fregados no les hubiera propuesto a las damas ponerse dos mascarillas. Habrían quedado acorde con la jornada. Es decir, dramática.

jueves, 23 de abril de 2009

Esperemos que la Lewinski no tenga boletos


Como casi todo lo importante en esta vida torera, lo realmente importante volvió a pasar desapercibido para, nosotros, los periodistas. Y lo realmente trascendente ocurrió hace pocos días cuando la Hilaria Clinton decidió que ponía a su santo esposo, es un decir, en alquiler un día a través de un sorteo entre todos aquellos/as que decidieron contribuir en la campaña de la derrotada Hillary. El premio consiste en pasar un día con Bill, no sabemos para qué ni donde, pero así son las cosas. Esperemos, por el bien de la salud mundial, que a la Lewinsky no se le hubiera ocurrido contribuir en aquella campaña o que, en el caso contrario, haya algún avispilla en la organización del sorteo que se acuerde de quitar su número del bombo. El destino es muy cabrón y traicionero y si saliera la Lewinsky los problemas con las mandíbulas desencajadas de la peña iban a trascender mares y océanos. Y no me meto en lo del sorteo en si mismo, sólo digo que tengan cuidado. Porque claro, si es al bueno de Bill al que se le ocurre sortear a su señora, el pollo que se monta hubiera sido épico. Además, no creo que el bueno de Bill esté para muchas tonterías con estos temas. Y hablando de la Hilaria , es curioso que en toda la movida con los hábiles interrogatorios de la CIA haya tenido que ser Barack Obama el que haya tomado las riendas del asunto, soportando el corporativismo histórico de los torturadores que no se pueden creer como un presidente es capaz de decir públicamente lo que sabe todo Dios en las panaderías y lavanderías. Y digo curioso, porque es precisamente la Hilaria la encargada de todos los asuntos exteriores, que es donde actuó la inteligencia yankee como si el resto del mundo fuera, que es, el cortijo yankee. Reconozco que mi escepticismo con la Clinton es bíblico (más que bíblico, estadístico). Pero creo que el bueno de Obama va a tener un serio problema con esa mujer cuyas líneas en política exterior poco, o muy poco, difieren de las del insustituible Bush. A ese si que le tenían que sortear o, mejor, fichar para que presente el nuevo tiempo en la Euskal. Íbamos a conocer hasta los oleajes de Santa Mónica.

jueves, 16 de abril de 2009

'Amanece que no es poco' Eguna









Esto del feiusvuk no sé si es bueno, malo o regular, pero cuando menos es curioso. Además de reencontrarte con tu prima Lola, que se fugó a las Canarias con un marinero ucraniano cuando cumplió los 18, recibes todo tipo de sugerencias o invitaciones imprescindibles como asistir a una cata de caracoles en Trujilllo, hacerte de la coordinadora contra la contaminación acústica provocada por los grillos en las verdes praderas de Euskal Herria o sumarte al intento de conseguir un millón de seguidores de el Osasuna de Pamplona (es imposible, no hay un millón de navarros) por el mero hecho de que como los del Barsa lo están intentando, pues ellos, con un par, no van a ser menos, lo que confirma la teoría de que los de Osasuna son en realidad de Bilbao que al poder nacer donde les sale de los cojones, decidieron hacerlo en Navarra. Pero entre toda esa maraña de actividad, que confirma que el paro está haciendo estragos o que los que trabajan con ordenadores son proclives a tocársela olímpicamente, hubo un mail que me hizo volver a la vida. Hacerme fan de Amanece, que no es poco, una película que debería ser de visión obligatoria en guarderías, colegios, universidades, centros de trabajo, residencias para jubilados y tanatorios. Y ahí estamos. 8.000 tipos y tipas como críos con zapatos nuevos plasmando en el muro (en feisvuk hay una cosa que se llama muro donde se puede escribir) las decenas y decenas de frases gloriosas de la única película en donde conozco a varios enfermos que son capaces de recitar de memoria esos 90 minutos del surruralismo , como la definió Cuerda, más genial que jamás se haya llevado a la gran pantalla. Por eso me enteré que hace nada cumplió 20 años. Y hay voces que piden que se celebre en Ayna, pueblo albaceteño donde se rodó, el Día de Amanece, que no es poco , al estilo del Día del Gran Lebowsky que en los yuesei junta a 15.000 fieles una vez al año. Sólo puedo sumarme a la petición, porque todos somos contingentes pero esa pelí es necesaria.

jueves, 9 de abril de 2009

El pequeño 'Duce' y el ruandés sin papeles


Que el mundo funciona al revés está más que dicho y comprobado. La tragedia sufrida esta semana en Italia nos ha dejado otra perla de esa epidemia mundial en la confusión de los valores más elementales, amén de la idiosincracia al más puro estilo italiano, como la anciana que se tiró 30 horas bajo los escombros mientras hacía ganchillo. La perla del mundo al revés la ha protagonizado, cómo no, un tipo que en cualquier estado con separación de poderes, si es que existe alguno, estaría en la cárcel como top ten de los manguis. El pequeño y peligroso Duce Silvio Berlusconi. Con 250 cadáveres todavía calientes, al descompensado éste, la verdad es que ya no tiene ni puta gracia en sus habituales episodios, no se le ocurre decir nada mejor que los supervivientes debían tomarse la tragedia como un "fin de semana de acampada". No defiendo la violencia pero en algunos casos... qué quieren que les diga. Mientras el consejero delegado del país transalpino demostraba, una vez más, su nivelazo , un ruandés sin papeles esperaba al autobús en L'Aquila para volver a Roma. No, no le había pillado el terremoto.
En realidad, cuando tembló la tierra estaba en Roma pero acostumbraba, de vez en cuando, a ir a la localidad más afectada por el temblor a vender calcetines por la calle y poder llevarse algo a la boca para seguir respirando. Como él mismo aseguró a un periodista, los vecinos del pueblo italiano siempre se habían portado muy bien con él porque cuando no le compraban calcetines le daban algo para que pudiera comer. Por eso, con toda la naturalidad del mundo y sin ninguna confusión de valores, cuando se enteró del seísmo en Roma, cogió el autobús, lo pagó y se plantó en L'Aquila "para ver cómo estaba la gente". Uno, el pirata , acudiendo las reuniones del G-20 y el otro, el elegante, escapando de la Policía para que no le pidan los papeles. Así están las cosas. 35 años de acampada gratis te ofrecía yo, Berlusconi. En Guantánamo.

jueves, 2 de abril de 2009

Somos millones y el mundo no es vuestro

Nunca he entendido las manifestaciones violentas porque, además de que siempre ganan los maderos, el establishment lo tiene perfectamente montado para desacreditarlas de partida. Cualquier reivindicación justa va al baúl de los recuerdos a la primera pedrada. Cuando hace años empezó el movimiento antiglobalización en Seattle, sólo los europeos nos enteramos de que miles de personas habían marchado por aquella ciudad reclamando un mundo más justo. A los yankees sólo les dieron imágenes de cien presuntos anarquistas destrozando escaparates. Cuando por aquí ocurre algo similar, el proceso es a la inversa. Todos los medios cubren a su sistema. La batalla por ese lado está perdida. Y me alegro. Porque si de algo carece la violencia es de imaginación, el recurso más demoledor que existe. Recuerdo los años de la insumisión. Las manifas, las broncas, los colegas que llevaban al trullo. Todo eso lo tenían bajo control. Lo que no tenían bajo control fue una foto que apareció en primera página de algún periódico y que colaboró en la desaparición de aquella puta mili bastante más que cien manifas. Salían dos maderos llevando en volandas a Tonino Carotone, entonces todavía Toñín, el rey del vodevil de Kojón Prieto y los Huajalotes. Lo llevaban cogiéndolo cada uno de una pierna mientras Toñín sonreía cínicamente con un sombrero vaquero, cigarro al morro y una camiseta de Marylin. Los maderos apenas podían contener el descojono. Aquello no era una foto, era un póster pacifista. Como la chavala aquella de otra manifa en Barcelona insinuándose con descaro a dos maderos con sus coletas a lo Pipi, un clavel entre los dientes y un cartelito que decía Somos millones y el mundo no es vuestro. Es el lema que hay que recordarles a los mandamases que se juntan en Londres para tratar de arreglar el desaguisado en donde nos han metido. Lo reclamamos con respeto pero con sombrero vaquero, cigarro al morro, camiseta de Marylin, coletas a lo Pipi y un clavel entre los dientes.